domingo, 12 de mayo de 2013

Castellani y la mala apologética


Ofrecemos hoy un texto del P. Castellani sobre la apologética. Si el autor hubiera vivido unas décadas más, se habría encontrado con la novedad de “apologetas” audiovisuales como Alejandro Bermúdez, el director de Aciprensa. Un sujeto al que no le basta con reincidir en las chapuzas de la apologética de antaño, sino que parece suponer que para construir una leyenda dorada sobre el papa Francisco resulta lícito deformar su pasado como cardenal. Y que llega al punto de decir -con enorme desparpajo- cosas groseramente falsas sobre el estatuto de la Misa Gregoriana en Buenos Aires.
A algunos argentinos alarma o fastidia este pesado hexasílabo griego: apologética; y no sin razón de todo, ¡vive el cielo!, porque existe considerable cantidad de mala apologética. Si se nos permite recordar cosas propias, el primer ensayo publicado en nuestra vida—hace hoy justo diez años, CRITERIO, 1928, Un libro cabal— versaba sobre un libro de buena apologética, el JESUS-CHRIST, de Léonce de Grandmaison, que estudia con rigor científico el otro hecho histórico-teológico fundamental, que es la existencia y la figura del Fundador divino de la Iglesia.
Es el otro tratado de la Introducción a la Teología, el tratado DE VERA RELIGIONE. En aquel ensayo juvenil aventuramos un chiste de dudoso gusto, al decir que en el idioma inglés apologética significa disculpa o excusa (to apologise); y que, en efecto, muchos de los libros que hoy día emplean o usurpan ese título, empezando por los sosos manuales que nos hicieron sudar en el colegio, medio justifican la sajona semántica. Y bien; hoy aún, después de diez años de experiencia y lectura, no nos atrevemos a retirar el chiste de mal gusto, mal visto de algunos. En el fondo del alma sentimos que M.N., T.T., R.H., R.A. —pon, lector, los nombres que te parezca— no son libros eficaces para dar fe, ni para conservar la fe, ni para ilustrar la fe, ni para defender la fe. Ella no crece en el ruido de las disputas, ni se defiende a batacazos.
Estos de que hablo —y no nombro, por si los conoces— son, lector amigo, libros hechos con retazos mal hilvanados de varias ciencias, como Historia, Filosofía, Teología, Biología, Psicología, etcétera, sin el método ni el rigor de ninguna, llenos de objeciones y respuestas, y que no pertenecen a género literario alguno —a no ser al famoso genre ennuyeux—, pues no son ni ciencia, ni arte, ni filosofía, ni teología, ni polémica, ni controversia, ni nada de cuantas cosas limpias y honestas puede crear la mente del hombre. Son excusas, son disculpas, son pidelástimas, son discusiones interminables, aunque siempre vencedoras, con contrincantes que no existen.
…fray Agustín Gemelli, rector de la Universidad Católica de Milán, [decía] a un grupo de estudiantes y profesores españoles [que] la verdadera apologética… o es la genuina ciencia sagrada, o es alguna de las ciencias profanas cultivada a fondo, que siendo mucha ciencia siempre llega a Dios, según la profunda palabra del canciller Bacón. La otra apologética, yo no creo mucho en ella, dijo Gemelli.
Y es que en la primera literatura cristiana, los apologéticos de Tertuliano, Lactancio y Orígenes eran verdaderas defensas, como lo pide la etimología (opologuéomai), contra adversarios verdaderos, a los cuales se rebatía a veces verdemente, al mismo tiempo que se les proporcionaba noción somera, maguer fuese aproximada o metafórica, de los misterios cristianos por ellos mal entendidos.
Esta suerte de apologética genuina y primitiva ha sido practicada en nuestros días durante casi todo el curso de su larga y fecunda vida por el magno periodista que fue G. K. Chesterton, por ejemplo, controversista genial, humoroso y amable, que se dio el quehacer de enseñar a sus paisanos el catecismo patas arriba, el catecismo en negativo, es decir, a través de las gansadas suavemente jocosas que él atrapaba alegremente en los que no saben el catecismo... "What they don't know” como él decía. Esta es una de las dos grandes apologéticas genuinas que existen: la polémica acerada, cortés y mortal como un duelo, con adversarios existentes de igual categoría al apologeta. Su género es controversia.
Llamémosla apologética aplicada o artística.
El otro género de apologética genuina es la apologética pura o teológica. Ella está en los apologéticos primitivos arriba citados, en forma embrionaria. Ella es o debe sella exposición de todo el dogma cristiano, tal como puede ser visto desde afuera por el que está afuera, por el que carece del don de la Fe. Esta exposición no puede ser otra cosa que la teorización parcial o total del magno hecho histórico-teológico de la Iglesia Visible, como respuesta a la instintiva pregunta del Hombre en busca de la Verdad religiosa.
Son los dos grandes hechos, uno externo, otro interno, que al encontrarse, abrazarse, conjugarse, originan el fenómeno de la conversión. Sobre ellos, como sobre un eje, debe girar necesariamente toda tentativa de conducción hacia la fe. El Concilio Vaticano lo indicó, al definir, por una parte, la obligatoriedad de la búsqueda de la religión verdadera, y por otra, la capacidad del "milagro moral" de la Iglesia para sancionar y saciar esa búsqueda, lo cual es un fenómeno psicológico normal en este animal religiosum que es el hombre.
Tomado de:
Castellani, L.  Sobre buena y mala apologética.

11 comentarios:

La antigualla blindada dijo...


Es un felón este Bermudez.

Se nota que no lo padeciste en Buenos Aires a Georgium Marium.

La leyenda dorada del Cardenal a costa de flagrantes mentiras, no para la mano!

Se cagó en la Summorum Pontificum desde el primer día.

Dejate de joder!

Miles Dei dijo...

Genial Castellani. Le faltó conocer la "apolojética" de hoy. El género de la jota por la jeta.

Sólo en la mente católica contemporánea que conserva parte de los defectos de la mente protestante podía haber renacido tal género.


Martin Ellingham dijo...

Genial, Castellani.

No encuentro forma de comprender lo que dice Bermúdez. Porque en Chile y Brasil la recepción del m.p. fue mucho mejor que en Buenos Aires, a juzgar por la cantidad de misas sobre las que se informa.

Anónimo dijo...

Ese Alejandro es incorregible...jaja
Traten de ver el programa cara a cara a ver cuanto tiempo lo toleran.

in sopor table...

Andrés AFhobbieQ dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Andrés AFhobbieQ dijo...

Van a arder los ornitorrincos invisibles con este post.
Y ahí estará sus buenos años más de "campeón de la fe", alimentando a cucharadas a la prolija y rampante neo-raza de apologetones. Esa que ya pareciera que ni con oración ni con ayuno.

Anónimo dijo...

Y Frank Morera otro tanto, cuando no sabe que responder los manda a apologética siloe que es su propio blog.

No sabía el fundamento teológico de el estar oculto en la Hostia de Jesucristo.

Anónimo dijo...

Cantico sobre presencia de Cristo en la Hostia
Pregunta hecha por Edmundo Zambrana el día 5/8/2013:
Estimado Sr. Morera: Bendiciones para Ud. y los suyos+

Durante la Semana Santa yo escucho muchos canticos religiosos muy bonitos. Yo creo que muchos de estos canticos son conocidos en muchas partes del mundo. De ellos, hay uno que creo que es bien conocido y del cual quiero preguntarle algo. Este cantico dice asi:

"Yo creo Jesucristo que estas en el Altar, oculto en la Hoostia te veengo Adorar".

"Oculto en la Hostia?" Por que se oculta? O deberia ser Presente, o Vivo, o Triunfante, en la Hostia, o cualquier otra palabra que indique su Precencia Real?

Que yo sepa, Cristo nunca se oculto. Asi mismo lo decia en sus predicas. Mi pregunta: Este cantico debe ser aceptado asi porque si? Debo dar conocimiento de esto? O este cantico ya esta analizado y debe ser aceptado? Siempre que yo lo canto digo "Oculto", porque asi lo aprendi de la Iglesia y asi lo he obedecido hasta ahora.

Me acuerdo cuando de ni~o que habia un cantico que sonaba bien bonito (de sectas), pero ya de grande (De grande?, sera de viejo), que me entere que ese cantico no era verdad. Decia asi: "Es Cristo la roca lararararara..." Pero ya de grande (y vuelvo con lo de grande) de viejo ya se que no es verdad.

En cuanto a mi pregunta, gracias por su amable contestacion. Que Dios y la Virgen lo cuiden siempre.


Respuesta por Frank Morera el día 5/9/2013:
Hola Edmundo..Muchas veces cantamos canticos antiquismos que solo expresan amor no teologia... te imaginas que un novio le cante a la novia "eres hermosa como una luna azul" y la novia de diga "Un momento!La Luna es el único satélite natural de la Tierra y el quinto satélite más grande del Sistema Solar. A pesar de ser el objeto más brillante en el cielo después del Sol, su superficie es en realidad muy oscura, con una reflexión similar a la del carbón." ??????

hablamos de amor querido Edmundo!!! y en las cosas que salen del corazon cuando se ama se dicen cosas emocionales, no intelectuales!! bendiciones+++

Anónimo dijo...

Vamos, que tampoco es cuestión de ser burro,

"Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas apariencias."

Walter E. Kurtz dijo...

Ser tradicionalista no exime de estudiar. Es evidente que Nuestro Señor, a pesar de estar realmente presente en el sacramento del altar, está escondido bajo las especies eucarísticas o accidentes del pan y el vino. La santa hostia tiene gusto a pan, textura de pan, huele a pan, etc., lo mismo que el vino. Aunque la sustancia de los mismos haya trocado, los accidentes subsisten.

Ojo con caer en alguna de las herejías 'cartesianas'.

Anónimo dijo...

Pero vayan a explicarle eso a Frank Morera, te bloquea el correo y te dice cismático.